domingo, 26 de junio de 2011

San Lorenzo y Racing, los otros dos grandes que conocieron la B

El descenso de San Lorenzo

1981 fue un año muy convulsionado futbolísticamente. Porque Boca contrató a Diego Maradona y River apostó por Mario Kempes. Cada uno tuvo su premio. Boca se quedó con el Metropolitano después de una pelea mano a mano con el Ferro de Griguol; y River obtuvo el Nacional tras vencer en la final también a los de Caballito. Sin embargo, aquella temporada también quedó en la historia porque San Lorenzo se fue a la B y se transformó en el primer equipo de los denominados grandes en descender.

La tarde del sábado 15 de agosto de 1981 el fixture del Campeonato de Primera División ofrecía un menú variado. El Boca de Maradona y Brindisi necesitaba un empate con Racing en La Bombonera para dar la vuelta olímpica, resultado que consiguió (1-1). Mientras tanto, en la cancha de Ferro, San Lorenzo recibía a Argentinos y también precisaba una igualdad, pero para seguir en Primera.

Como Sarmiento despachó a Colón por 3-0 (un gol de Gareca), el otro descenso era para San Lorenzo (28 puntos) o Argentinos (27). El Ciclón no especuló y fue superior desde el comienzo del partido. A los 15, tuvo su gran posibilidad. El volante Osvaldo Rinaldi cabeceó al gol y Magallanes metió la mano. El árbitro Carlos Espósito no dudó y sancionó el penal. Lo pateó Eduardo Emilio Delgado. Fuerte y a la derecha del arquero Mario Alles, que adivinó y rechazó. También se quedó con el rebote y con el grito de sus hinchas: "U-ru-guayo".

A los 39 de la primera parte, casi sorpresivamente, Argentinos tuvo su chance. Magallanes, el mismo que había cometido el penal, encaró y entró al área. Glaria lo bajó y Espósito señaló el punto penal. Carlos Horacio Salinas, el Loco, no falló. Metió un bombazo cruzado para el 1-0.

Luego, en el complemento, Insúa metió un frentazo que Alles sacó con lo justo y el pibe Daniel Aparicio Godoy casi inscribe su nombre en la historia. Pero el travesaño se lo negó. El final entregó a San Lorenzo atacando con amor propio, a puro centro; y a un Argentinos que sólo se defendía. Espósito pitó el final y los jugadores del Bicho corrieron hacia donde estaban sus simpatizantes. Desde la tribuna de enfrente, se escuchó un desgarrador "San Loreeeee" acompañado por pañuelos blancos que despedían a sus jugadores.

Al otro año, San Lorenzo revolucionó a la Primera B. Reventó las boleterías. Comenzó a jugar en Ferro pero también lo hizo en River y Vélez. Justamente en Liniers, y ante El Porvenir, logró el ascenso. Insúa, un referente del club y uno de los que había sufrido el descenso, marcó el penal del título. El del regreso tan esperado.

El descenso de Racing

En 1983, Avellaneda vivió las dos caras. Por un lado, Independiente. Un equipo plagado de figuras que ganó brillantemente el torneo de Primera División, luego de dos subcampeonatos. En la vereda de enfrente, Racing. Un equipo que se reforzó para pelear arriba y, sin embargo, descendió a la Primera B.

Tres fechas antes del cierre, Racing desperdició una posibilidad increíble. Le ganaba 2-1 a Unión pero Miguel Brindisi, en ese entonces jugador del equipo santafesino, enmudeció Avellaneda a los 44 minutos del segundo tiempo. El 2-2 fue un presagio. Tres días después, el 18 de diciembre, Racing recibía a su homónimo cordobés con la obligación de ganar.

El equipo de José Pizzuti comenzó con el pie derecho. Se fue con ventaja a los vestuarios (2-1) pero insólitamente se desconcentró. En dos minutos, el Racing cordobés le aplicó dos golpes certeros para dar vuelta la historia. Para generar el caos. Porque Temperley ya le ganaba a River y las esperanzas de la Academia se desvanecían. Los nervios se apoderaron de jugadores y se trasladaron a las tribunas.

La Araña Amuchástegui marcó el cuarto gol y selló la suerte de la Academia, que descontó a cinco del final a través de Castelló. Pero en las tribunas la batalla campal era feroz. Hinchas y policías armaron un escándalo. El árbitro Teodoro Nitti no tuvo más remedio que suspender el encuentro, que decretó el descenso de Racing.

Por si fuera poco, en la última fecha visitó a Independiente, que le ganó por 2-0 y dio la vuelta olímpica. Los hinchas de Racing, sin embargo, coparon todos los estadios. La Academia estuvo dos campeonatos en la B. En el primero perdió la final con Gimnasia de La Plata. El 27 de diciembre de 1985, empató con Atlanta en cancha de River y logró el ascenso.

clarin.com

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domingo, 26 de junio de 2011

San Lorenzo y Racing, los otros dos grandes que conocieron la B

El descenso de San Lorenzo

1981 fue un año muy convulsionado futbolísticamente. Porque Boca contrató a Diego Maradona y River apostó por Mario Kempes. Cada uno tuvo su premio. Boca se quedó con el Metropolitano después de una pelea mano a mano con el Ferro de Griguol; y River obtuvo el Nacional tras vencer en la final también a los de Caballito. Sin embargo, aquella temporada también quedó en la historia porque San Lorenzo se fue a la B y se transformó en el primer equipo de los denominados grandes en descender.

La tarde del sábado 15 de agosto de 1981 el fixture del Campeonato de Primera División ofrecía un menú variado. El Boca de Maradona y Brindisi necesitaba un empate con Racing en La Bombonera para dar la vuelta olímpica, resultado que consiguió (1-1). Mientras tanto, en la cancha de Ferro, San Lorenzo recibía a Argentinos y también precisaba una igualdad, pero para seguir en Primera.

Como Sarmiento despachó a Colón por 3-0 (un gol de Gareca), el otro descenso era para San Lorenzo (28 puntos) o Argentinos (27). El Ciclón no especuló y fue superior desde el comienzo del partido. A los 15, tuvo su gran posibilidad. El volante Osvaldo Rinaldi cabeceó al gol y Magallanes metió la mano. El árbitro Carlos Espósito no dudó y sancionó el penal. Lo pateó Eduardo Emilio Delgado. Fuerte y a la derecha del arquero Mario Alles, que adivinó y rechazó. También se quedó con el rebote y con el grito de sus hinchas: "U-ru-guayo".

A los 39 de la primera parte, casi sorpresivamente, Argentinos tuvo su chance. Magallanes, el mismo que había cometido el penal, encaró y entró al área. Glaria lo bajó y Espósito señaló el punto penal. Carlos Horacio Salinas, el Loco, no falló. Metió un bombazo cruzado para el 1-0.

Luego, en el complemento, Insúa metió un frentazo que Alles sacó con lo justo y el pibe Daniel Aparicio Godoy casi inscribe su nombre en la historia. Pero el travesaño se lo negó. El final entregó a San Lorenzo atacando con amor propio, a puro centro; y a un Argentinos que sólo se defendía. Espósito pitó el final y los jugadores del Bicho corrieron hacia donde estaban sus simpatizantes. Desde la tribuna de enfrente, se escuchó un desgarrador "San Loreeeee" acompañado por pañuelos blancos que despedían a sus jugadores.

Al otro año, San Lorenzo revolucionó a la Primera B. Reventó las boleterías. Comenzó a jugar en Ferro pero también lo hizo en River y Vélez. Justamente en Liniers, y ante El Porvenir, logró el ascenso. Insúa, un referente del club y uno de los que había sufrido el descenso, marcó el penal del título. El del regreso tan esperado.

El descenso de Racing

En 1983, Avellaneda vivió las dos caras. Por un lado, Independiente. Un equipo plagado de figuras que ganó brillantemente el torneo de Primera División, luego de dos subcampeonatos. En la vereda de enfrente, Racing. Un equipo que se reforzó para pelear arriba y, sin embargo, descendió a la Primera B.

Tres fechas antes del cierre, Racing desperdició una posibilidad increíble. Le ganaba 2-1 a Unión pero Miguel Brindisi, en ese entonces jugador del equipo santafesino, enmudeció Avellaneda a los 44 minutos del segundo tiempo. El 2-2 fue un presagio. Tres días después, el 18 de diciembre, Racing recibía a su homónimo cordobés con la obligación de ganar.

El equipo de José Pizzuti comenzó con el pie derecho. Se fue con ventaja a los vestuarios (2-1) pero insólitamente se desconcentró. En dos minutos, el Racing cordobés le aplicó dos golpes certeros para dar vuelta la historia. Para generar el caos. Porque Temperley ya le ganaba a River y las esperanzas de la Academia se desvanecían. Los nervios se apoderaron de jugadores y se trasladaron a las tribunas.

La Araña Amuchástegui marcó el cuarto gol y selló la suerte de la Academia, que descontó a cinco del final a través de Castelló. Pero en las tribunas la batalla campal era feroz. Hinchas y policías armaron un escándalo. El árbitro Teodoro Nitti no tuvo más remedio que suspender el encuentro, que decretó el descenso de Racing.

Por si fuera poco, en la última fecha visitó a Independiente, que le ganó por 2-0 y dio la vuelta olímpica. Los hinchas de Racing, sin embargo, coparon todos los estadios. La Academia estuvo dos campeonatos en la B. En el primero perdió la final con Gimnasia de La Plata. El 27 de diciembre de 1985, empató con Atlanta en cancha de River y logró el ascenso.

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