viernes, 3 de junio de 2011

EL “CACHA-SUCHARD”: ANÁLISIS Y DEGUSTACIÓN DEL ALFAJOR QUE ME DEVOLVIÓ A 1985

Lo había visto hace un tiempo en un mercadito “chino” y no lo compré por falta de cambio (o sea, falta un papel para intercambiar por el alfajor). Y no lo vi más por un tiempo. Pero ese envoltorio o “packaging” me recordó inevitablemente al Suchard de Mousse que comí alguna vez cuando era chiquito.
Caí tarde en razón de que tenía que probarlo. No lo ví por varios días y, gracias a que no soy de preguntar si tienen tal o cual cosa en un comercio, se hizo difícil conseguirlo.
Busqué entonces información en Internet y evidentemente estaba en lo cierto: Cachafaz puso a la venta un alfajor que intenta ser aquel Suchard. Vi fotos de ambos paquetes y observé que el del producto actual no es igual, pero tiene las líneas curvas y los colores necesarios para logar ese golpe que a varios nos llevó al pasado.
Y lo empecé a buscar. Pregunté en varios Drugstores (lugares que tienen vergüenza de llamarse “almacén” o “polirubro”), pero los jóvenes muchachos que los atienden me dijeron que se habían acabado. Solas quedaron en exposición las cajas de Cachafaz con sus alfajores de maizena y aquel otro que es similar al Havanna.
Los siguientes lugares de consulta fueron los kioscos propiamente dichos, aquellos cuya área de contacto con el vendedor se limita a una superficie reducida, mucho más teniendo en cuenta la jungla de golosinas y demás productos que cuelgan del marco de la ventana. En el caso de éstos comercios, los despachantes son personas mayores y generalmente tienen respuestas para interrogantes que los jóvenes del Drugstore no pueden responder, como por ejemplo “¿Dónde para el 84 que va a Villa del Parque?”
Y finalmente llegue a un kiosco en Montevideo al 400, atendido por una mujer que tapaba canas con color rojo, a la cual le pregunté si tenía el Cachafaz de Mousse y me señaló una caja donde tan sólo quedaba uno.

-Uh, le queda solo uno- dije.
-No, tengo más ¿cuántos querés? -me preguntó.
-Dos- le respondí.

Revolvió a un costado y sacó otro más.

-Están muy buenos. Yo no los probé, pero ya se llevaron dos cajas.

Por supuesto que este comentario de la vendedora incrementó mis ganas de probarlo. Ya cuando inicié el camino de ésta búsqueda mi memoria gustativa desempolvó del cajón de los recuerdos el sabor de aquel Suchard. El paso de los años impide recordarlo tal cuál, pero no logra borrar por completo la sensación.

Y abrí el paquete. Y lo probé… El alfajor tiene buen sabor, podría decir que es uno de los mejores que se pueden conseguir ¿Pero cómo compararlo mano a mano con un alfajor que probé hace tantos años?

No importa. En cuanto mi sentido gustativo comenzó a trabajar, me transportó a alguna tarde noche de 1985, exactamente al momento en el que mi Mamá me compró un Alfajor Suchard de Mousse en un kiosco de Cadorna (hoy Fabián Onsari) y Avenida Mitre, en Wilde, luego de bajar del 17 tras haber ido con ella a “la capital”.
Yo tenía 5 años.

Al final no se si puedo comparar mano a mano ambos alfajores. Es imposible, pero el sólo hecho de que el Cachafaz Mousse me haya hecho viajar en el tiempo a un momento tan cálido, hace que haya valido la pena la búsqueda.


3 comentarios:

  1. me acuerdo de los suchard, que fiesta eran cdo era chico!

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  2. Amigo, cuánto te salieron los alfajores? hace unos días lo vi en un negocio y el packaging también me hizo acordar a los Suchard y decidí llevar 2.
    Mi sorpresa fue a la hora de pagar... $6,50 cada uno!! xD
    Realmente es un alfajor rico pero... taaanto va a costar? me vieron la cara, cierto? jajaja
    Saludos! =)

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Mira, cuando salieron hace casi un año salían 5 pesos, yo hace mucho que no compro uno, pero creo que si iniciaron a ese precio, con la inflación hoy 6,50 es el precio justo

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viernes, 3 de junio de 2011

EL “CACHA-SUCHARD”: ANÁLISIS Y DEGUSTACIÓN DEL ALFAJOR QUE ME DEVOLVIÓ A 1985

Lo había visto hace un tiempo en un mercadito “chino” y no lo compré por falta de cambio (o sea, falta un papel para intercambiar por el alfajor). Y no lo vi más por un tiempo. Pero ese envoltorio o “packaging” me recordó inevitablemente al Suchard de Mousse que comí alguna vez cuando era chiquito.
Caí tarde en razón de que tenía que probarlo. No lo ví por varios días y, gracias a que no soy de preguntar si tienen tal o cual cosa en un comercio, se hizo difícil conseguirlo.
Busqué entonces información en Internet y evidentemente estaba en lo cierto: Cachafaz puso a la venta un alfajor que intenta ser aquel Suchard. Vi fotos de ambos paquetes y observé que el del producto actual no es igual, pero tiene las líneas curvas y los colores necesarios para logar ese golpe que a varios nos llevó al pasado.
Y lo empecé a buscar. Pregunté en varios Drugstores (lugares que tienen vergüenza de llamarse “almacén” o “polirubro”), pero los jóvenes muchachos que los atienden me dijeron que se habían acabado. Solas quedaron en exposición las cajas de Cachafaz con sus alfajores de maizena y aquel otro que es similar al Havanna.
Los siguientes lugares de consulta fueron los kioscos propiamente dichos, aquellos cuya área de contacto con el vendedor se limita a una superficie reducida, mucho más teniendo en cuenta la jungla de golosinas y demás productos que cuelgan del marco de la ventana. En el caso de éstos comercios, los despachantes son personas mayores y generalmente tienen respuestas para interrogantes que los jóvenes del Drugstore no pueden responder, como por ejemplo “¿Dónde para el 84 que va a Villa del Parque?”
Y finalmente llegue a un kiosco en Montevideo al 400, atendido por una mujer que tapaba canas con color rojo, a la cual le pregunté si tenía el Cachafaz de Mousse y me señaló una caja donde tan sólo quedaba uno.

-Uh, le queda solo uno- dije.
-No, tengo más ¿cuántos querés? -me preguntó.
-Dos- le respondí.

Revolvió a un costado y sacó otro más.

-Están muy buenos. Yo no los probé, pero ya se llevaron dos cajas.

Por supuesto que este comentario de la vendedora incrementó mis ganas de probarlo. Ya cuando inicié el camino de ésta búsqueda mi memoria gustativa desempolvó del cajón de los recuerdos el sabor de aquel Suchard. El paso de los años impide recordarlo tal cuál, pero no logra borrar por completo la sensación.

Y abrí el paquete. Y lo probé… El alfajor tiene buen sabor, podría decir que es uno de los mejores que se pueden conseguir ¿Pero cómo compararlo mano a mano con un alfajor que probé hace tantos años?

No importa. En cuanto mi sentido gustativo comenzó a trabajar, me transportó a alguna tarde noche de 1985, exactamente al momento en el que mi Mamá me compró un Alfajor Suchard de Mousse en un kiosco de Cadorna (hoy Fabián Onsari) y Avenida Mitre, en Wilde, luego de bajar del 17 tras haber ido con ella a “la capital”.
Yo tenía 5 años.

Al final no se si puedo comparar mano a mano ambos alfajores. Es imposible, pero el sólo hecho de que el Cachafaz Mousse me haya hecho viajar en el tiempo a un momento tan cálido, hace que haya valido la pena la búsqueda.


3 comentarios:

  1. me acuerdo de los suchard, que fiesta eran cdo era chico!

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  2. Amigo, cuánto te salieron los alfajores? hace unos días lo vi en un negocio y el packaging también me hizo acordar a los Suchard y decidí llevar 2.
    Mi sorpresa fue a la hora de pagar... $6,50 cada uno!! xD
    Realmente es un alfajor rico pero... taaanto va a costar? me vieron la cara, cierto? jajaja
    Saludos! =)

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    1. Mira, cuando salieron hace casi un año salían 5 pesos, yo hace mucho que no compro uno, pero creo que si iniciaron a ese precio, con la inflación hoy 6,50 es el precio justo

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